Al principio, la vida en confinamiento estaba bien y compartía su tiempo entre trabajar desde casa, hacer ejercicio con su compañero de departamento y ver todo lo que hay en Netflix.
Pero, mientras la pandemia de coronavirus avanzaba sin cesar, Rob George comenzó a sentir que el confinamiento en su casa de West Hollywood era insoportable.
“Hubo semanas en las que simplemente no salía de mi casa, solo trabajaba todo el día y mi salud mental comenzó a afectarse”, dijo George, de 31 años, quien maneja las operaciones comerciales de una nueva empresa tecnológica.
Por eso, cuando un amigo mexicano le dijo que viajaría a Ciudad de México en noviembre, George decidió acompañarlo. Ahora, decidió convertir a la capital mexicana en su hogar, y forma parte de un número creciente de extranjeros, principalmente estadounidenses, que huyen de los confinamientos en sus países y se mudan a la capital de México, para un viaje breve o una estadía más larga.
Se sienten atraídos en parte por la posibilidad de regresar un poco de normalidad a sus vidas en un lugar donde las restricciones al coronavirus han sido más flexibles que en casa, incluso cuando los casos de la COVID-19 rompen récords. Algunos de ellos han decidido quedarse, al menos por un tiempo, y aprovechan la visa de turista de seis meses que se otorga a los estadounidenses a su llegada.
“No tengo ningún interés en regresar”, dijo George.
Sin embargo, aunque venir al país puede ser un alivio para muchos extranjeros, en particular para aquellos que huyen de un clima más frío, algunos mexicanos consideran que estas mudanzas son irresponsables en medio de una pandemia, especialmente cuando el virus desborda a Ciudad de México y sus hospitales. Otros dicen que el problema radica en las autoridades mexicanas, que esperaron demasiado tiempo para establecer medidas estrictas de confinamiento, lo que hace que sitios como Ciudad de México sean atractivos para los foráneos.
“Si fuera menos atractivo, la gente vendría menos”, dijo Xavier Tello, analista de políticas de salud de Ciudad de México. “Pero lo que estamos generando es un circulo vicioso en donde estamos recibiendo gente potencialmente infectante o infectada de otro lugar, y se sigue mezclando con la gente potencialmente infectante o infectada que tenemos en la Ciudad de México”.
Según las cifras oficiales, más de medio millón de estadounidenses llegaron a México en noviembre; de ellos, unos 50.000 entraron por el aeropuerto de Ciudad de México, menos de la mitad de los visitantes estadounidenses que visitaron el país en noviembre del año pasado, pero un aumento de los escasos 4000 de abril, cuando gran parte de México estaba cerrado. Desde entonces, las cifras han aumentado de manera constante: entre junio y agosto, los visitantes estadounidenses aumentaron más del doble.