Zhan fue declarada culpable de «buscar altercados y provocar problemas», un cargo que se usa frecuentemente en ese país contra activistas.
La exabogada de 37 años fue detenida en mayo y lleva varios meses en huelga de hambre. Sus abogados dicen que se encuentra en mal estado de salud.
Zhang es una entre varios periodistas ciudadanos que han enfrentado problemas por informar sobre lo que estaba ocurriendo en Wuhan, la localidad china donde comenzó el brote de SARS-CoV-2.
En China no hay medios de comunicación que no sean oficiales y se sabe que las autoridades toman medidas drásticas contra activistas o informantes cuyas denuncias consideran socavan la respuesta del gobierno al brote.
El presidente de China, Xi Jinping, ha insistido en varias oportunidades en que su gobierno manejó correctamente el brote.
Zhang había viajado a Wuhan en febrero para informar de forma independiente sobre el brote.
Sus informes transmitidos en vivo y sus escritos se compartieron ampliamente en las redes sociales, lo cual llamó la atención de las autoridades chinas.
La organización Defensores Chinos de los Derechos Humanos (CHRD, por sus siglas en inglés Chinese Human Rights Defenders) señaló que sus reportes también incluyeron las detenciones de otros periodistas independientes y el acoso que estaban sufriendo las familias de algunas víctimas que pedían una rendición de cuentas.
En una entrevista en video con un cineasta independiente antes de su arresto, Zhang dijo que decidió visitar Wuhan después de leer una publicación en línea de un residente sobre la vida en la ciudad durante el brote.
Una vez allí, comenzó a documentar lo que vio en las calles y hospitales en transmisiones en vivo, a pesar de las amenazas de las autoridades.
«No dejaré de hacer lo que hago porque este país no puede retroceder».
El documento de la acusación señala que Zhang envió «información falsa a través de texto, video y otros medios vía (plataformas como) WeChat, Twitter y YouTube».
También está acusada de aceptar entrevistas con medios de comunicación extranjeros y de «difundir maliciosamente» información sobre el virus en Wuhan. Se recomendó una sentencia de cuatro a cinco años.
En protesta por su arresto, Zhang hizo una huelga de hambre, lo cual ha deteriorado su salud.
Uno de sus abogados dijo en un comunicado que cuando la visitó a principios de diciembre, ella le había dicho que la estaban alimentando a la fuerza mediante una sonda.
También dijo que sufría dolores de cabeza, mareos y dolor de estómago.
«Restringida las 24 horas del día, necesita ayuda para ir al baño», dijo el abogado Zhang Keke, quien también indicó que tiene problemas para dormir.
Zhang había sido detenida en 2019 por expresar su apoyo a los activistas en Hong Kong.